Mi instructor me dijo...???

Argentina 18 de Diciembre de 2015
Nota A.E.C.

En la República Argentina el uso de armas de fuego se encuentra regulado por el Registro Nacional de Armas, RENAR, ente encargado de otorgar matrículas de Instructor de Tiro a personas físicas que cumplan con los antecedentes curriculares, los requisitos físicos y psicológicos, requisitos pedagógicos, además de rendir y aprobar un exigente examen teórico-práctico.



Según las "personas políticamente correctas", los usuarios de armas de fuego son personas descerebradas, violentos, incluso con escaso raciocinio hasta para hablar, en definitiva simios parlantes. 














Tomando en cuenta esta opinión, "cualquiera podría usar un arma" y en consecuencia "cualquiera podría ser instructor", formador de simios armados, futuros homicidas, violentos que empuñan un arma para aumentar su poder destructivo, ya que toda arma es causal de violencia.


Siguiendo con ese estrecho razonamiento, cualquier zona libre de armas sería un lugar de paz y tranquilidad mientras que los polígonos de tiro serían un lugar lleno de violencia y desenfreno donde se liberaría el facho interior. Muchos sonreirán ante esta taxativa afirmación, pero aunque no lo expresen lo piensan.





Los llamados guros con sistemas propios, profesores, Jedi de bayoneta  o Taykuan Tre, Rambos de fin de semana; que se presentan como profesionales en tal o cual tema, Licenciados Brecheros, Francotiradores Pro Sniper, Swat; ayudan a imponer y fortalecer esta idea. 


Cuentan la historia de otro, se hacen dueños de anecdotas, repiten lo que escucharon, mienten descaradamente. Por eso se atreven a cuestionar el trabajo metódico y comprometido de profesionales matriculados, personas dedicadas y con conocimientos demostrados. Aunque sinceramente, vale aclarar que ningún título hace a un maestro, solo la perseverancia y las ganas de aprender forman a un mejor profesional.


Estos gurus fantasmas son ególatras rodeados de aduladores que les ayudan a creer sus mentiras y ofrecen, descaradamente, cursos a personal de fuerzas de seguridad sin ser instructores, acompañados de un guión digno de Hollywood. 




Las consecuencias de esto son graves, si un policía quiere perfeccionarse encuentra a estos personajes nefastos; y como dijo el gran Mark Twain "...es más fácil engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados".



Como ejemplo citaré mi experiencia personal: hace algunos años realicé un curso junto a algunos compañeros de trabajo lo dictaba el G.E.C “grupo élite casper"


Al finalizar, expresé mi opinión sobre el curso y mis pares me miraron sorprendidos, incluso uno de ellos me dijo "...lo que pasa es que querés figurar, no sé que querés demostrar..." En estas líneas expongo lo que dije en esa oportunidad, no quiero demostrar nada, no quiero que la gente sea engañada, y sobre todo, no quiero que engañen a las fuerzas de seguridad.


No se trata de ser el mejor, de saber más, se trata de hacer las cosas bien y reconocer que tanto instructor como alumno aprenden cosas nuevas juntos.



Entonces, muchas personas políticamente correctas buscan un instructor que les enseñe el manejo de las armas de fuego, no sólo para aprender sino para tener a quien culpar si cometen errores. Institucionalmente la imposición de que todo instructor debe estar habilitado por el RENAR, es una forma de desligar responsabilidades.


Aprender lleva implícita la vulnerabilidad, los estudiantes deben reconocer su "ignorancia", tomar riesgos, replantearse sus conocimientos, es ahí en ese quiebre cuando los inescrupulosos aprovechan la oportunidad de engañar, obviamente persiguiendo el lucro


Por eso, antes de decir "...mi instructor dijo...", asegúrate que está habilitado como tal, pero ante todo asegúrate que tenga sentido común.




Que no te engañen...!!!




Deja tu comentarios...!!!

0 comentarios :