San Rafael en llamas…

12 de Julio del 2012
Nota R.J. Azor

Cuando estaba trabajando en el Cuartel Central de Mendoza, solía recibir el parte de novedad de las Delegaciones de Bomberos Zona Sur, había fechas que sorprendían la cantidad de intervenciones por incendios de fincas o campo inculto, figurando muchas horas de trabajo y cientos de hectáreas afectadas.


Esa temporada se da entre Abril y Septiembre de cada año, donde la gente del Sur mendocino se aboca a quemar todo lo que encuentre en su camino, sin medir las consecuencias de los daños.

Pasaron los años y para esa temporada seguía recibiendo los mismos partes de novedades. Mis conocimientos en la problemática que vivía el sur mendocino, era muy frívolo y acompañado de anécdotas de algún efectivo que trabajó en el Sur.

Para el año 2011 me dan el traslado al Departamento de Gral. Alvear, una vez que me dispuse a desplazarme a San Rafael, contabilicé como veinte columnas de humo, uno sin conocer se imaginaba que estaba entrando a la zona industrial, trasponiendo los kilómetros empecé a comprender la veracidad de los hechos, no son personas trabajando para producir, sino bomberos y civiles desesperados para salvar los bienes que se encontraban acorralados por el fuego. Todo fue un caos y no me daba la cabeza para comprender lo sucedido y menos aun para determinar el propósito de la persona que inicio el proceso ígneo.

El tiempo paso y mi disgusto era mayor, cada intervención hacia crecer mi ira para establecer los motivos que causaban tantos daños y dolor a las víctimas; en la temporada del 2012 y luego de dar una entrevista, me quede charlando con un profesional de los medios periodísticos, “y justamente se toco el tema de nunca acabar”, después de discernir sobre los distintos hechos originados, por personas que no miden las perdidas económicas, la extinción de la vida autóctona, el perjuicio ambiental y las muertes humanas, cuando hacen la quema para limpieza, se llego al fin de la conversación, estableciendo que era su cultura pirómana, de personajes arcaicos que no valoran vivir en sociedad, usando todavía como herramienta el fuego, para comunicarse con sus vecinos, sin poder progresar a la era del metal.-